jueves, 14 de octubre de 2010

Sondas de Von Neumann



El (según Wikipedia) jovial, inteligente, optimista, vividor y mujeriego John von Neumann zu Margaritta, nació en Budapest el 28 de diciembre de 1903. Húngaro de nacimiento, aunque también obtuvo la nacionalidad estadounidense, es por todos los que hemos estudiado ingeniería en informática, conocido como el genio matemático que desarrolló durante la segunda guerra mundial y en la Universidad de Princeton, el primer ordenador electrónico.
Multidisciplinar, John (del apodo de János, “Jancsi” y más tarde “Johny”) se interesó por la mecánica cuántica en cuanto a física se refiere. Como matemático trabajó en lógica y en economía. Sentó muchas de las bases de la ciencia de la computación (el mundo anglosajón conoce a la informática por el nombre de computer science) y trabajo en armamento. Incluso transcendió más allá para interesarse por el humanismo en forma de política y asuntos sociales. Más conocido por unas implicaciones que por otras, su muy desapercibida relación con la exploración espacial es la que hoy aquí me emplaza.
A través de mi programa de radio predilecto, La rosa de los vientos, llegué a la obra Hiperespacio y por ende a Michio Kaku. Enlazando con los anteriores párrafos, en el citado libro se habla de como von Neumann (...) “demostró rigurosamente que podrían construirse robots o autómatas con capacidad de autoprogramarse, autoreparse e incluso crear copias de sí mismos.” En relación con el título de esta entrada, es a continuación cuando pasa a hablarse de las denominadas sondas de exploración espacial de von Neumann. (...) “Por consiguiente, Barrow y Tipler sugieren que las sondas de von Neumann funcionarían con amplia independencia de sus creadores. Estas pequeñas sondas serían muy diferentes a la generación actual de sondas Viking y Pioneer, que son poco más que máquinas pasivas y preprogramadas que obedecen órdenes de sus dueños humanos. (...) Entrarían en nuevos sistemas estelares, aterrizarían en los planetas y excavarían el suelo en busca de metales y elementos químicos apropiados. A continuación crearían un pequeño complejo industrial capaz de manufacturar numerosas copias robóticas de sí mismas. Desde estas bases, serían lanzadas más sondas de von Neumann para explorar más sistemas estelares. (...) Al ser autómatas autoprogramados, estas sondas no necesitarían instrucciones de su planeta paterno; explorarían millones de sistemas estelares con su propia autonomía, descansando sólo para transmitir periódicamente por radio sus hallazgos. Con millones de estas sondas de von Neumann dispersas por toda la galaxia, creando copias de sí mismas a medida que “comen” y “digieren” los compuestos químicos de cada planeta, una civilización inteligente sería capaz de ahorrar el tiempo desperdiciado en explorar sistemas estelares sin interés.”
Von Neumann nos sugiere máquinas que adapten su construcción a las yermas y muy distintas condiciones del espacio. La idea me parece totalmente distinta a la tendencia actual. John von Neumann nos propone una tecnología que se desarrolle autónoma por ensayo y error tantas veces como sea necesario. La vida se ha asentado en esta determinada región del espacio a través de la misma técnica.
Si aún hoy no hemos superado el Saturno V de Wernher von Braun. Si la genialidad de John von Neumann es por todos reconocida. Si los organismos vivos nos demuestran que esta forma de expansión es quizás la única posible. ¿Por qué no experimentar la idea de las sondas de von Neumann? Con la informática demostró estar por delante de su tiempo, ¿cuán lejos de su época estaría realmente la mente de John von Neumann?

4 comentarios:

  1. Ciertamente es una idea muy interesante la de las sondas-autoreplicantes de Von Neumann.
    Sin embargo, yo tengo una visión un tanto distinta de su practicidad.
    No es que crea que no se puedan llegar a fabricar, que se podrán si la humanidad vive lo suficiente. Es que veo en ello una gravísima inconsciencia.
    Si os fijáis detenidamente veréis que a fin de cuentas se trata de un nuevo tipo de virus: los virus cibernéticos.
    Estamos hablando de máquinas que se autoconstruyen a partir de los recursos de planetas/planetoides que “infectan”.

    Sinceramente, e independientemente de que las máquinas (u ordenadores, o software, más correctamente) lleguen a tomar conciencia de sí mismas, unas entidades cibernéticas que vayan autoreplicándose por el Universo, usando los recursos que encuentre en su camino, es algo que fácilmente se puede descontrolar.
    A la larga, y como también le pasa a los virus, podría requerir más recursos de los que encontrara en la galaxia.
    Y eso sin contar con la posibilidad de “fallos” en la autorreplicación, que en los seres vivos llamamos “mutaciones”. Inexorablemente, a lo largo del paso de las distintas generaciones, se producirían mutaciones alguna de las cuales podrían tener efectos no deseados. Incluso acabar con la vida existente en un planeta.

    Demasiado riesgo, y además estamos hablando de problemas que no podrían estudiarse previamente en un laboratorio (o piloto, como se le quiera llamar). Serían problemas que sólo se pueden detectar una vez se han producido, en la única y muy extensamente larga en el tiempo, ejecución del proyecto.

    La verdad es que no creo que una civilización inteligente (seamos nosotros o no) moralmente madura y precavida, inicie un proyecto de cuyo fin no pueda asegurarse nada, excepto que consumirá una cierta (y posiblemente grande) cantidad de recursos.

    ResponderEliminar
  2. @Chelu Es muy interesante lo que comentas. A mi parecer, un desarrollo en inteligencia artificial que lograse lo propuesto por von Neumann, llevaría asociado toda clase de mecanismos de contención que evitaran la contaminación medioambiental. Cuando leo acerca de esta idea, no pienso en planetas atestados de chatarra, pienso en una o dos docenas de sondas por sistema solar, preocupadas por obtener los pocos recursos que les permitan no dejar de enviarnos todo lo que observen. No obstante, lo que te comento es sólo mi impresión y la tuya no deja de ser igualmente válida.

    ResponderEliminar
  3. @Chelu Es muy interesante lo que comentas. A mi parecer, un desarrollo en inteligencia artificial que lograse lo propuesto por von Neumann, llevaría asociado toda clase de mecanismos de contención que evitaran la contaminación medioambiental. Cuando leo acerca de esta idea, no pienso en planetas atestados de chatarra, pienso en una o dos docenas de sondas por sistema solar, preocupadas por obtener los pocos recursos que les permitan no dejar de enviarnos todo lo que observen. No obstante, lo que te comento es sólo mi impresión y la tuya no deja de ser igualmente válida.

    ResponderEliminar
  4. Lógicamente esa es la idea base, pero como ya digo, un proyecto "eterno", "vivo", que se reproduce en sucesivas y sucesivas generaciones, en entornos para nada homogéneos, es algo incontrolable por definición, y adicionalmente no simulable.
    Dios nos libre de acometer un proyecto tan osado y temeario como ese. Pero desde luego, si queremos sobrevivir hay que conquistar el espacio, emigrar a otros planetas, a otros sitemas solares. Y se seguro que se requerirán sondas para ello, pero esperemos que no sean autoreplicantes.

    Todo esto, con todo el respeto a la opinión que expresas y a nuestro queridísimo von Neumann y su esquema inicial de un computador.

    ResponderEliminar