Telegram

Publicado originalmente el jueves trece de febrero en la versión impresa del Diario Jaén.
Ultimamente, se ha estado haciendo famoso un nuevo servicio de mensajería que también pretende acabar con WhatsApp. En este caso se llama Telegram y, personalmente, me encanta.
¿Por qué es mejor Telegram que WhatsApp? Porque los mensajes están de verdad codificados y resulta “imposible” que un tercero los descifre (los creadores de Telegram incluso han ofrecido 200.000$, en bitcoins, para el primero que lo logre). Además, existe la opción de crear chats en los que se auto destruya el contenido una vez pasado un tiempo a partir de que el destinatario lo haya leído. Porque además de las de iPhone y Android para smartphones, tiene versiones para iPad y escritorio. Porque es bastante más rápido. Porque tiene una mejor estructura de servidores distribuidos a lo largo de todo el mundo y es menos probable que se cuelgue el servicio. Porque tiene una API pública que hace posible que cualquiera programe aplicaciones que a su vez utilicen Telegram para cualquier cosa. Porque es gratis de por vida (y que conste que veo más que justo que WhatsApp cobre menos de un euro al año, aunque no me lo parece cuando primero me dice que me va a costar 0’79€ para siempre y luego me cambia las condiciones de repente). Porque permite enviar todo tipo de archivos (como por ejemplo PDFs) y de cualquier tamaño. Porque permite chats grupales más grandes (de hasta 199 participantes) y porque tiene un diseño muchísimo más cuidado.
Telegram es obra de dos hermanos y emprendedores rusos (Nikolai y Pavel Durov), quienes también son los fundadores de VK, que es la mayor red social de Rusia, Ucrania y Bielorrusia. Este nuevo servicio de mensajería instantánea amenaza en España a WhatsApp a ritmo de 150.000 nuevos usuarios al día. Es verdad que ya falló LINE al intentar desbancar al todopoderoso WhatsApp, y que también lo hicieron iMessage, BlackBerry Messenger, Snapchat o el mismísimo Facebook Messenger (que a priori me parece una alternativa muy interesante). Aún así, torres más altas han caído. Todo queda en manos de los usuarios.