viernes, 7 de diciembre de 2012

Napster


Publicado originalmente el jueves veintidós de noviembre en la versión impresa del Diario Jaén.
Le tengo un cariño especial a Napster, y es porque me hizo darme cuenta de lo mucho que la informática puede cambiar el mundo. Lo descubrí en el instituto, quizás en 1999, durante su primer año de vida. Lo conocí a través de un amigo que se había enterado de que aquello existía, gracias a un familiar suyo que entonces residía en Estados Unidos. Me quedé pasmado al ver como desde Napster se descargaba música sin necesidad de comprarla. ¿Cómo podía ser legal aquello? ¿Qué pensarían las discográficas? ¿A quién se le habría ocurrido una idea tan buena?
Por si alguien no recuerda en qué consistía Napster, decir que nació en 1998 y que fue el primer software de escritorio con el que descargar música con y sin derechos de autor de forma gratuita y mediante redes P2P. Traduciendo, con Napster, por primera vez, encendías tu PC, arrancabas el programa, buscabas en él una canción y si resultaba que otro como tú la tenía en su disco duro, la descargabas alegremente sin pagar nada a la discográfica encargada de distribuirla ni tampoco a los artistas responsables de haberla compuesto, interpretado, etc. No pretendo entrar a valorar si esto último es bueno o malo, el caso es que Napster se justificaba diciendo que si alguien deja algo a alguien (es decir, sin ánimo de lucro) y aquello que presta se sigue prestando, siempre que el primero que lo comparta haya pagado por el producto, no se incurre en delito alguno. Lo grandioso del asunto es que este sencillo planteamiento, plasmado a base de código fuente por tres estudiantes, terminó cambiando radicalmente la multimillonaria industria de la música. Shawn Fanning (el principal responsable del proyecto), Jordan Ritter y Sean Parker (quien terminó participando junto a Mark Zuckerberg en la creación de Facebook), llegaron a ser, de la noche a la mañana, con los medios más humildes y “sólo” una gran idea, la peor pesadilla de todas las discográficas.
La historia de Napster da para muchos artículos y a mi me toca resumir. El caso es que en 2001 alcanzó los 26,4 millones de usuarios (que fue su cifra récord), y que en ese mismo año, por orden judicial, se prohibió su uso (Napster tuvo que pagar 36 millones de dólares a una serie de empresas). Los entonces expertos de Internet avisaron de que aquello no serviría más que para incentivar a otros a cubrir el nicho de mercado que dejaría Napster, pues el P2P no podía considerarse del todo ilegal (aún hoy no se ha ilegalizado). Prueba de que estos últimos no se equivocaban, son los siguientes nombres propios que al menos sonarán a casi todos, Emule, Ares, Kazaa, ...
Hoy es Apple la mayor discográfica del mundo (¡una empresa relacionada con la informática!) y todas las que ya eran famosas en los noventa ingresan más a partir de derivados de la música que mediante la venta de discos. Napster cambió el mundo, y aquello no había hecho más que empezar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario