miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Manifiesto Hacker


Publicado originalmente el jueves quince de noviembre en la versión impresa del Diario Jaén.
Tras ser arrestado, el hacker conocido como The Mentor (Loyd Blankenship) escribió el ocho de enero de 1986 el que hoy día se conoce como El Manifiesto Hacker. El famoso texto, que suele considerarse una buena definición de lo son los hackers, se reproduce a continuación.
"Hoy han cogido a otro, aparece en todos los periódicos. "Joven arrestado por delito informático", "hacker arrestado por irrumpir en un sistema bancario". "Malditos críos. Son todos iguales". ¿Pero pueden, con su psicología barata y su cerebro de los años cincuenta, siquiera echar un vistazo a lo que hay detrás de los ojos de un hacker? ¿Se han parado alguna vez a pensar qué es lo que les hace comportarse así, qué les ha convertido en lo que son? Yo soy un hacker, entre en mi mundo. Mi mundo comienza en el colegio. Soy más listo que el resto de mis compañeros, lo que enseñan me parece muy aburrido. "Malditos profesores. Son todos iguales". Puedo estar en el colegio o un instituto. Les he oído explicar cientos de veces cómo se reducen las fracciones. Todo eso ya lo entiendo. "No, Sr. Smith, no he escrito mi trabajo. Lo tengo guardado en la cabeza". "Malditos críos. Seguro que lo ha copiado. Son todos iguales". Hoy he descubierto algo. Un ordenador. Un momento, esto mola. Hace lo que quiero que haga. Si comete errores, es porque yo le he dicho que lo haga. No porque yo no le guste, me tenga miedo, piense que soy un listillo o no le guste ni enseñar ni estar aquí. Malditos críos. A todo lo que se dedican es a jugar. Son todos iguales. Entonces ocurre algo... se abre una puerta a un nuevo mundo... todo a través de la línea telefónica, como la heroína a través de las venas, se emana un pulso electrónico, buscaba un refugio ante las incompetencias de todos los días... y me encuentro con un teclado. "Es esto... aquí pertenezco... ". Conozco a todo mundo... aunque nunca me haya cruzado con ellos, les dirigiese la palabra o escuchase su voz... los conozco a todos... malditos críos. Ya está enganchado otra vez al teléfono. Son todos iguales... puedes apostar lo quieras a que son todos iguales... les das la mano y se toman el brazo... y se quejan de que se lo damos todo tan masticado que cuando lo reciben ya ni siquiera tiene sabor. O nos gobiernan los sádicos o nos ignoran los apáticos. Aquellos que tienen algo que enseñar buscan desesperadamente alumnos que quieran aprender, pero es como encontrar una aguja en un pajar. Este mundo es nuestro... el mundo de los electrones y los interruptores, la belleza del baudio. Utilizamos un servicio ya existente, sin pagar por eso que podrían haber sido más barato si no fuese por esos especuladores. Y nos llamáis delincuentes. Exploramos... y nos llamáis delincuentes. Buscamos ampliar nuestros conocimientos... y nos llamáis delincuentes. No diferenciamos el color de la piel, ni la nacionalidad, ni la religión... y vosotros nos llamáis delincuentes. Construís bombas atómicas, hacéis la guerra, asesináis, estafáis al país y nos mentís tratando de hacernos creer que sois buenos, y aún nos tratáis de delincuentes. Sí, soy un delincuente. Mi delito es la curiosidad. Mi delito es juzgar a la gente por lo que dice y por lo que piensa, no por lo que parece. Mi delito es ser más inteligente que vosotros, algo que nunca me perdonaréis. Soy un hacker, y éste es mi manifiesto. Podéis eliminar a algunos de nosotros, pero no a todos... después de todo, somos todos iguales. Este es el último artículo de El Mentor.”

viernes, 16 de noviembre de 2012

The Million Dollar Homepage


Publicado originalmente el jueves nueve de noviembre en la versión impresa del Diario Jaén.
En el año 2005 Alex Tew, un estudiante inglés nacido en Wiltshire que por aquel entonces contaba con veintiún años de edad, tuvo una idea que le haría ganar algo más de un millón de dólares en apenas cinco meses. Alex creó un portal web que se componía de un millón de píxeles (se llama pixel a cada uno de los puntos que conforman una pantalla y que se iluminan para crear imágenes), disponiendo mil a lo ancho y otros mil a lo alto. A su vez los píxeles se agrupaban en cajas de diez por diez.
En la que se denominó la web del millón de dólares (The Millon Dollar Homepage), se ofertaban los citados conjuntos de diez por diez píxeles para que albergasen las imágenes que sus compradores quisieran allí mostrar. Cada pixel costaba un dólar y puesto que no podían comprarse menos de cien (los comentados diez por diez), el gasto mínimo para aparecer en The Million Dollar Homepage era de cien dólares. La idea era lograr un portal que alcanzase la fama suficiente, sobre todo por lo novedoso de la idea, como para que su alto tráfico de visitas hiciera atractivo el anunciarse allí. Como anticipaba en el primer párrafo, la web de Alex logró una grandísima repercusión mundial (llegando a ser la número 127 más visitada de todo Internet) y aquello le acarreó rápidamente el suficiente número de anunciantes como para lograr vender todos los píxeles del sitio web antes de febrero de 2006 (The Million Dollar Homepage se abrió al público en agosto de 2005). La venta del millón de píxeles de la web del millón de dólares le reportó a Alex Tew unos ingresos brutos de 1.037.100 dólares. Y es que los últimos mil píxeles se subastaron a través de eBay, alcanzando en su conjunto un precio de 38.100 dólares.
Para dar publicidad a su sitio web, Alex esperó hasta haber recaudado sus primeros mil dólares, que obtuvo gracias a la compra de píxeles por parte de familiares y amigos, para entonces emitir una nota de prensa, escrita por él mismo, a la BBC. Esto le acarreo una buena serie de reseñas en medios de todo el mundo, que le permitieron alcanzar la popularidad suficiente como para conseguir su objetivo de vender la totalidad del millón de píxeles.
The Million Dollar Homepage sigue a día de hoy online (Alex se comprometía con los anunciantes a mantener accesibles durante toda la eternidad los píxeles vendidos; él mismo dijo que pretendía que la web pasara a formar parte de la historia de Internet) y aunque no pueden ya comprarse sus píxeles, sí que pueden verse en el enlace entre paréntesis (http://www.milliondollarhomepage.com).

lunes, 5 de noviembre de 2012

Es Tiempo de Think Different


Publicado originalmente el jueves veintinueve de octubre en la versión impresa del Diario Jaén.
Apple eligió un logo que, al menos en su origen, definía perfectamente sus intenciones. Uno con la misma manzana mordida que supuso la expulsión de Adán y Eva del Paraíso por elegir el conocimiento, aunque para ello hubiera que desobedecer a Dios y a pesar de conllevar, para toda la eternidad, (...) “la muerte, el dolor, la vergüenza y el trabajo” (...). En los orígenes de Apple hubo muy malos tiempos en un garaje, hippies, drogas, un viaje a la Índia, una hija no reconocida, ... Y es que si pretendes cambiarlo todo, ¿acaso puedes vivir una vida al uso? Hoy traigo el que es para mi, el mejor anuncio que se ha hecho nunca.
En Apple querían liderar una revolución ofreciendo al común de los mortales las muchas posibilidades de los ordenadores (véase que hablo de los ochentas, cuando los computadores sólo los usaban las muy grandes empresas). Haciendo personales los ordenadores, pretendían dar a cada individuo un pequeño martillo con el que construir su aportación a ese gran cambio que tanto deseaban. Apple proponía ser divergente, pensar al margen de lo establecido. Por ello eligieron llamar a la campaña publicitaria dentro de la que se publicaría el anuncio al que antes me refería, Think Different (del inglés, piensa diferente).
Sin más dilación, os enlazo entre paréntesis el ya varias veces citado anuncio (http://goo.gl/GTGwy) y paso a redactar su texto a continuación. “Esto es para los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los problemáticos. Los que no encajan en ningún sitio. Los que ven las cosas de otra manera. No siguen las reglas. Y no tienen ningún respeto por lo establecido. Puedes alabarlos, puedes no estar de acuerdo con ellos, puedes citarlos, puedes no creer en ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Pero la única cosa que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas. Ellos inventan. Ellos imaginan. Ellos curan. Ellos exploran. Ellos crean. Ellos inspiran. Ellos impulsan la humanidad hacia delante. Quizás tienen que estar locos. ¿Cómo si no puedes enfrentarte a un lienzo vacío y ver una obra de arte? ¿O sentarte en silencio y escuchar una canción que nunca ha sido escrita? ¿O contemplar un planeta rojo y ver un laboratorio sobre ruedas? Mientras algunos les ven como los locos, nosotros vemos genios. Porque la gente que está lo suficientemente loca como para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que logran hacerlo.” Junto a las anteriores palabras aparecen personajes históricos como Bob Dylan, Pablo Picasso, Alfred Hitchcock, Amelia Earhart, entre otros muchos.
Sobre todo ahora, ¿qué hay mejor que pensar diferente? ¿Qué puedes perder? O mejor aún, ¿qué no puedes ganar?